Es por eso que cada pieza es única; no utilizo moldes, y todas las piezas están hechas a mano, así que si la pieza se ha vendido, puedo hacer otra parecida, pero no igual. Del mismo modo, si veis un colgante y pensais "eh, eso me gustaría como pulsera", se puede hacer, ¡solo preguntad!
Para mí, esto le da un valor extra a la pieza, no sólo son bonitas sino que cada una ha tenido tiempo, dedicación y un montón de ganas de dar el mejor resultado final. Son joyas especiales, hechas para quien las va a llevar.
Otro día os iré explicando procesos del taller, pero por ahora os dejo fotos del taller temporal que me monté este verano, y vistas de unas hojas de ginkgo biloba en plata a puntito de convertirse en colgantes.
Me gustaría acercaros poco a poco al proceso que lleva, porque si fuese al revés a mi me encantaría saber cómo se ha hecho. Y os prometo que es un mundo que vale la pena conocer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja aqui tu comentario